Presentación del libro Cantar Sombras

En medio de la batalla inconclusa del abrazo, las sombras cantan su nostalgia, en voz baja recorren los pasillos en donde lo vivido dejó su huella y vuelven una y otra vez a cuantificar la pérdida, que se resiste a ser distancia y se regocija en la mirada enigmática del fantasma que la habita. Es un diálogo que no se percata que es soliloquio escribiendo su historia del alma, sobre las cenizas del instante.

Sabe que la palabra es el único resguardo que le sirve para soportar el viaje de la vida y se avoca a ella, a esa la llave que abre el mundo\ perverso de las sombras; ya que existir implica un permanente acto de despojo, de esencial desnudez a través de la escritura. También sabe: que la palabra es un río\ que humedece el aire\en su destino de hacer cantar las sombras. Es como si la cabeza de Orfeo, no cesara de cantar río abajo, hacia el mar que le aguarda ya sin Euridice y sin el beneficio de los dioses, pero con la sabia serenidad de quién reconoce que, la derrota es un cuervo\ que destruye con saña\ la luz de mis semillas\el camino no existe\es sólo la distancia\ de tu mano a mi mano. La soledad, el vacío, la nostalgia, las ausencias , el dolor del mundo son las constantes de este nuevo poemario de Floria Herrero en donde la melancolía invade la mano de la esperanza y el absurdo pues el amor es un \ animal extraño\ se enrosca en mis ramas\ y se incrusta en la memoria\ de los huesos.

Marcados por un tinte autobiográfico y un deseo de ubicarse dentro de la realidad circundante, estos poemas, vueltos sobre sí, toman conciencia de la intensidad de lo simple, no buscan afirmación en su discernir apacible, libres de locuacidad y con el tratamiento respetuoso que exige la palabra nos dicen :como la noche voy\ envuelta en el silencio\ de historias\ que nacen de mis dedos.\.

Historias que repiten su desolación, que se entretejen a través del libro, buscando una especie de rendija hacia la luz y así desterrar, de una vez por todas, la sombra de quién está sólo y muere despacio\ primero un pie\para detener la huída\ donde tantos encuentros\ se forjaron. Sin embargo en ésta paradoja que es la vida y el poema, Floria encuentra su salida del laberinto a través de la introspección que nos libera de las exigencias de la carne cuando nos dice: me ido acostumbrando \ a quedarme\ concentrada en un punto\ mis pies han detenido\ el camino\ mis ojos se han llenado de luz\ he aprendido a reir\ con la risa que \ se esconde en mi risa.”

En éste libro, dividido en tres partes, todo lo observado se reviste llanamente, sin excesos de lirismo, revelándonos, a veces con pesar su visión de mundo. De tono uniforme y reflexivo, nos ayuda a retomar sus propias averiguaciones, nos conduce por la zona interna del poema y nos muestra las secretas dudas que todos llevamos dentro. Quizá por eso nos dice: que el miedo\ siempre ataca\ encerrado insaciable\ de espaldas al futuro. Que hay voces que ocultan la verdad\ entre líneas\voces que\ no tienen voz\ porque se fueron despintando\ en la tertulia de los que ríen. De igual modo nos advierte que ya no tiene que hablar con los necios\ ni con los ilusos\ ni con los que nacen de mentiras\ ya paso el tiempo de la mesa puesta\ no tengo que hablar\ ni esperar el llanto arrinconado\ ni correr con los tacones altos de la envidia.